Tamaño y estructura familiar cambian rápidamente en la sociedad israelí, según estudio de Taub
Aunque la tasa de matrimonio aquí es similar a la de otros países de altos ingresos, Israel se asemeja más a países en desarrollo vecinos en términos de tasa de natalidad que a los de altos ingresos.
En los últimos años, la estructura de las familias israelíes ha experimentado cambios sustanciales, incluyendo una disminución en la tasa de matrimonio, un aumento en la edad promedio de matrimonio en todos los sectores y una disminución en las tasas de natalidad.
Aunque la tasa de matrimonio aquí es similar a la de los países de altos ingresos, la tasa de natalidad es más similar a la de países en desarrollo vecinos, lo que afecta a la demografía de Israel, su economía futura y la diversidad de sus grupos de población.
Un nuevo estudio del Centro Taub de Investigación de Estudios Sociales en Jerusalén examina la conexión entre las decisiones de los israelíes sobre la paternidad y el matrimonio y el estado de aquellos que los rodean. El estudio, realizado por Michael Debowy, el Prof. Gil Epstein y el Prof. Avi Weiss, proporciona una herramienta para mejorar las previsiones demográficas a nivel nacional y local y para la planificación urbana que se adapte mejor a las estructuras familiares futuras en los municipios y autoridades locales.
Los investigadores se enfocaron en dos redes sociales que podrían influenciar a los israelíes: su ubicación física y su ubicación cultural. Los investigadores utilizaron datos de la Encuesta de Gastos e Ingresos de Hogares realizada por la Oficina Central de Estadísticas entre 2018 y 2020.
¿Qué condiciones sociales impactan la decisión de una pareja de casarse, tener hijos?
Los hallazgos del estudio indican que a mayor proporción de parejas casadas en la red espacial o sociocultural del individuo, mayor es la probabilidad de que el individuo esté casado. Así, un aumento del uno por ciento en la tasa de personas casadas en ambas redes, sociocultural y espacial, se relaciona con un aumento en la probabilidad de matrimonio del individuo en 0.5 y 0.4 puntos porcentuales, respectivamente.
Las normas ambientales también afectan el número de hijos en una familia.
La red sociocultural está más fuertemente relacionada con la probabilidad de casarse y tener hijos que la red espacial. Cada hijo adicional en la familia promedio aumenta el número esperado de hijos de un individuo en 0.90 y 0.25, respectivamente.
Los investigadores encontraron que, en general, hay variación en el peso relativo de las normas culturales locales y nacionales en diferentes grupos de población. En particular, los árabes están más alineados con sus vecinos locales que los judíos.
En cuanto a la fertilidad, los hallazgos del estudio muestran que los árabes son más sensibles a la red espacial y menos a la red sociocultural que los judíos y "otros". Además, los judíos que no son ultraortodoxos (haredi) son menos sensibles a la red sociocultural que los judíos haredi.
El tamaño de la familia haredi o árabe se alinea con el de los vecinos no menos que el tamaño de la familia de los judíos no haredi.
En cuanto al matrimonio, parece que los judíos no haredi son influenciados por igual por la red espacial y sociocultural, mientras que entre los judíos haredi no hay alineación alguna con la red espacial.
El estudio también examinó la contribución de otras variables a la probabilidad de matrimonio y procreación, como la educación y el empleo. La educación mantiene su poder predictivo para los matrimonios, pero menos para predecir los hijos nacidos. En cambio, el empleo predice mejor la paternidad y los matrimonios.
Debowy comentó que "con respecto al tamaño de la familia, la correlación más alta con la red espacial se observó en el sector árabe. Además, las normas locales intersectoriales están alineadas con la estructura familiar de los judíos haredi no menos que en el caso de otros judíos, por lo que estas normas pueden servir como un mecanismo para el cambio demográfico entre varios grupos de población a medida que aumenta la heterogeneidad sectorial en las diversas partes del país”.
Weiss, quien es el presidente del Centro Taub, agregó que "se debe tener cuidado al interpretar los resultados, ya que representan correlación y no necesariamente causalidad. Si los resultados representan los efectos del entorno en el comportamiento individual, entonces nuestros hallazgos tienen implicaciones significativas con respecto a la planificación de las autoridades locales y nacionales de acuerdo con las previsiones demográficas, con énfasis en ajustar la planificación urbana a las estructuras familiares en el futuro”.
Añadió que "al prever las necesidades de las familias en el futuro, las autoridades locales deben tener en cuenta tanto los pesos previstos de los diferentes grupos culturales en la población como sus influencias mutuas en el espacio local. Tomar en cuenta estos datos es vital para mejorar las previsiones demográficas, la planificación urbana y la aprobación de planes de construcción y vivienda, así como la prestación de servicios públicos como educación, salud y espacios recreativos”.
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