Bolsonaro, ex presidente de Brasil y aliado de Israel, enfrenta acusaciones de complot
Jair Bolsonaro, ex presidente de Brasil y aliado de Israel, se enfrenta a crecientes problemas legales, incluidos alegatos de un complot para un golpe de Estado. ¿Qué consecuencias traerá esto?
La Policía Federal de Brasil ha acusado al expresidente Jair Bolsonaro de orquestar un intento de golpe para mantenerse en el poder después de perder las elecciones presidenciales de 2022 frente a Luiz Inácio Lula da Silva.
El informe policial, presentado ante la Corte Suprema, implica a Bolsonaro y a 36 asociados en múltiples delitos, incluidos intentos de socavar la democracia en Brasil. La investigación reveló una conspiración detallada liderada por Bolsonaro que finalmente fracasó debido a la resistencia de líderes militares leales a los principios democráticos.
"Las pruebas recopiladas durante la investigación demuestran de manera inequívoca que el entonces presidente de la república, Jair Messias Bolsonaro, planeó, actuó y tuvo control directo y efectivo sobre las acciones ejecutadas por la organización criminal que buscaba llevar a cabo un golpe de estado y abolir el estado de derecho democrático", afirmó el informe. Sin embargo, el golpe no logró materializarse debido a lo que el informe describe como "circunstancias fuera de su control".
Un agente de la Policía Federal, Wladimir Soares, presuntamente se infiltró en el equipo de seguridad de Lula y filtró información sensible, implicando aún más al círculo íntimo de Bolsonaro. Mensajes de Soares detallaban preparativos para defender el palacio presidencial y a Bolsonaro, a la espera de una orden final.
Bolsonaro ha negado las acusaciones, calificándolas de "absurdas", y cuestionó la viabilidad de tal complot, diciendo: "¿Qué pasará al día siguiente? ¿Cómo será el día siguiente?"
Desclasificación y investigaciones más amplias
Los desafíos legales de Bolsonaro han aumentado desde junio de 2023, cuando el Tribunal Superior Electoral de Brasil le prohibió postularse para un cargo público hasta 2030, citando sus intentos de socavar los resultados electorales y abuso de poder. Su ex compañero de fórmula, Walter Braga Netto, recibió una prohibición similar por utilizar una ceremonia gubernamental para promover su campaña.
En febrero de 2024, el pasaporte de Bolsonaro fue confiscado después de redadas a ex funcionarios del gobierno vinculados a su administración. Testimonios revelaron que Bolsonaro presentó un plan a los comandantes militares para revertir las elecciones, aunque el Comandante del Ejército Marco Antônio Freire Gomes y otros altos líderes militares se opusieron a la idea. Freire Gomes advirtió a Bolsonaro que tales acciones no serían toleradas y podrían llevar a su arresto.
Imágenes de seguridad filtradas de marzo de 2024 mostraron a Bolsonaro hospedándose en la Embajada de Hungría en Brasilia, alimentando especulaciones sobre un posible intento de buscar asilo diplomático. La Corte Suprema exigió una explicación, mientras que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil convocó al embajador de Hungría para aclaraciones. Los lazos de Bolsonaro con el Primer Ministro de Hungría, Viktor Orbán, un líder de derecha, intensificaron las sospechas sobre sus motivos.
Un patrón de mala conducta
Bolsonaro también está siendo investigado por acusaciones no relacionadas, incluyendo la falsificación de sus registros de vacunación contra el COVID-19 y el robo de joyas que fueron entregadas al estado como regalos diplomáticos. El mes pasado, la Policía Federal acusó formalmente a Bolsonaro y sus asociados de planear un golpe de estado, esfuerzos violentos para abolir la gobernanza democrática y liderar una organización criminal.
El Dr. Guilherme Casarões, científico político del Centro Brasileño de Relaciones Internacionales, dijo que las investigaciones apuntan a un patrón más amplio de mala conducta. "Las investigaciones de la Policía Federal son muy detalladas y apuntan a varios crímenes cometidos por Bolsonaro", señaló Casarões, agregando que los procedimientos legales podrían llevar años dada la prominencia de Bolsonaro.
Estos desafíos legales marcan un fuerte declive para Bolsonaro, quien alguna vez se posicionó como un campeón del movimiento de derecha de Brasil. Su ausencia de la política podría dejar un vacío de liderazgo en las filas conservadoras de Brasil, dando forma al paisaje político del país y reforzando la rendición de cuentas por socavar la democracia.
Los lazos de Bolsonaro con Israel
Como presidente, Bolsonaro cultivó estrechos lazos con Israel, alineándose con el primer ministro Benjamin Netanyahu como parte de su estrategia de política exterior. Esta relación resonó con su base evangélica cristiana, que tiene fuertes lazos teológicos y culturales con Israel. La Dra. Karina Stange Calandrin, académica de la Universidad de Sorocaba, explicó que la política exterior de Bolsonaro priorizó la alineación con gobiernos conservadores, incluido Israel.
"Durante la presidencia de Jair Bolsonaro, los lazos entre las dos naciones se fortalecieron significativamente", dijo Calandrin. Esta asociación incluyó acuerdos de defensa y visitas diplomáticas que mejoraron la posición de Bolsonaro entre los votantes conservadores.
Sin embargo, Calandrin señaló que estos estrechos lazos crearon desafíos, especialmente después del cambio político de Brasil bajo el liderazgo de Lula. El Partido de los Trabajadores de Lula ha apoyado históricamente una resolución pacífica del conflicto israelí-palestino y ha enfatizado el diálogo y los derechos humanos. Este enfoque contrasta con la alineación de Netanyahu con gobiernos de derecha en todo el mundo.
Relaciones Israel-Brasil hoy en día
El Dr. Casarões observó que las relaciones entre Israel y Brasil han alcanzado un mínimo histórico. "Bajo el gobierno de Jair Bolsonaro, ... Brasil colocó a Israel en la parte superior de sus prioridades diplomáticas. Esto contribuyó a una significativa polarización política en Brasil con respecto a Israel", dijo. Esta polarización se profundizó después del regreso de Lula al poder, con grupos de izquierda que apoyan cada vez más la causa palestina.
A pesar de las tensiones políticas actuales, Calandrin enfatizó que las relaciones Brasil-Israel van más allá de las afiliaciones ideológicas. "Ambos países colaboran en agricultura, tecnología de la información, seguridad y otros campos", dijo. "La continuación y fortalecimiento de las relaciones dependerá de la capacidad de ambos gobiernos para encontrar puntos en común y gestionar sus diferencias diplomáticamente".
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