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The Jerusalem Post

Todos los israelíes, tanto judíos como árabes, son iguales en la vida y en la muerte - editorial

 
 El Ministerio de Defensa realizó trabajos de limpieza y mantenimiento en las tumbas de los soldados de las FDI antes del Día de los Caídos de 2023 (photo credit: DEFENSE MINISTRY)
El Ministerio de Defensa realizó trabajos de limpieza y mantenimiento en las tumbas de los soldados de las FDI antes del Día de los Caídos de 2023
(photo credit: DEFENSE MINISTRY)

Las contribuciones de los soldados árabes israelíes suelen quedar eclipsadas por el racismo sistémico y la discriminación social que persisten en la sociedad israelí.

Ocho soldados de las FDI fueron trágicamente asesinados el sábado en la explosión de un vehículo blindado en Rafah.

Hemos visto estas pérdidas masivas varias veces desde que comenzó esta guerra. Los militares están investigando si el vehículo blindado fue dañado por un artefacto explosivo adosado debajo de él, a un lado del mismo, o por un fallo en los explosivos que transportaba el vehículo.

Mientras conducía por una zona lujosa del barrio, se oyó una explosión masiva, que hizo que el vehículo estallara y se incendiara.

Todos los ocupantes del vehículo, ocho soldados de ingeniería de combate, murieron en el acto. El vehículo resultó gravemente dañado, probablemente también porque sus laterales exteriores contenían grandes cantidades de explosivos, incluidos bloques de demolición, minas y más.

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El único nombre que se dio a conocer del grupo de ocho soldados muertos fue el del capitán Wassem Mahmoud, un druso israelí que sirvió con orgullo a su país hasta su último aliento.

Las trágicas muertes de Mahmoud y de los otros siete soldados de las FDI ponen de relieve un problema acuciante en la sociedad israelí que debe abordarse urgentemente: el racismo.

Los ciudadanos drusos no reciben el trato que les corresponde

Poco después del anuncio de la muerte de Mahmoud y los demás soldados, el jeque Muafak Tarif, jefe de la comunidad drusa en Israel, hizo pública una declaración en la que afirmaba que la elección de servir a Israel tiene el mismo valor para todos los ciudadanos del país, pero que los ciudadanos drusos no reciben el trato que les corresponde.

“La comunidad drusa paga una vez más un precio muy alto en esta guerra. Mahmoud… se une a una larga lista de drusos caídos que sacrificaron sus vidas por la seguridad del Estado desde el estallido de la guerra,” dijo.


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“Una vez más, descubrimos la asociación y la igualdad a la hora de soportar la carga y las pérdidas en el campo de batalla,“Esta asociación y esta igualdad deben darse también en la vida cotidiana, pero lamentablemente no es así. La comunidad drusa debe ser igualitaria no sólo en la batalla y el duelo, sino también en la vida.

Tarif tiene razón. Mientras la nación llora a estas valientes almas, es imperativo reflexionar sobre las dinámicas sociales más amplias en juego, en particular la discriminación a la que se enfrentan los árabes israelíes.

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Mahmoud, un joven de 23 años de Beit Jann, ejemplificó los más altos valores de dedicación y sacrificio. A pesar de resultar herido al comienzo de la guerra, pospuso su operación para seguir sirviendo a su país.

Su historia es un testimonio del compromiso y el patriotismo de muchos árabes israelíes que sirven en las FDI y contribuyen significativamente a la seguridad y el bienestar de la nación.

 JEWISH, MUSLIM, Christian, and Druze representatives at a march for human rights and peace, in Jerusalem this month. (credit: AMMAR AWAD/REUTERS)
JEWISH, MUSLIM, Christian, and Druze representatives at a march for human rights and peace, in Jerusalem this month. (credit: AMMAR AWAD/REUTERS)

Sin embargo, sus contribuciones se ven a menudo eclipsadas por el racismo sistémico y la discriminación social que persisten en la sociedad israelí.

El valor y la dedicación de soldados árabes israelíes deberían servir de poderoso recordatorio de la necesidad de inclusividad e igualdad.

El primer ministro Benjamin Netanyahu y otros líderes han rendido homenaje a los soldados caídos, subrayando la unidad y el dolor colectivo de la nación. Este momento de solidaridad nacional debería ser también un catalizador para abordar las disparidades a las que se enfrentan los árabes israelíes. Las contribuciones de soldados como Mahmoud no sólo deben ser reconocidas en momentos de tragedia, sino que deben allanar el camino para cambios sociales más amplios.

La sociedad israelí debe reconocer y combatir el racismo para crear una nación más inclusiva y cohesionada.

Se deben implementar programas educativos, reformas políticas e iniciativas comunitarias para abordar y desmantelar el racismo sistémico. Estos esfuerzos son tanto un imperativo moral como esenciales para la unidad nacional y la estabilidad social.

A raíz de esta tragedia, honremos la memoria del capitán Waseem Mahmoud luchando por una sociedad en la que todos los ciudadanos sean valorados y respetados, independientemente de su origen. La fuerza de Israel radica en su diversidad, y al abordar el racismo de frente, la nación puede realmente estar a la altura de sus ideales democráticos y éticos.

Esta es una tarea urgente, y se lo debemos a la memoria de aquellos que han dado sus vidas por el país.

A medida que avanzamos, no olvidemos los últimos sacrificios realizados por aquellos como Mahmoud. Sus vidas e historias deben alimentar nuestros esfuerzos para construir una sociedad que acoja a todos sus miembros, garantizando que su legado sea de unidad, respeto y progreso.

Esta transformación es esencial para la paz duradera y la resiliencia de Israel, garantizando que siga siendo una patria en la que todos sus ciudadanos puedan prosperar juntos.

La paz y la resiliencia son esenciales para Israel.

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