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The Jerusalem Post

Liberación de Qaid Alkadi expone la profunda división árabe-judía en Israel

 
 EL REHENES RESCATADO Qaid Farhan Alkadi llega a su casa cerca de Rahat, el miércoles. (photo credit: JAMAL AWAD/FLASH90)
EL REHENES RESCATADO Qaid Farhan Alkadi llega a su casa cerca de Rahat, el miércoles.
(photo credit: JAMAL AWAD/FLASH90)

La liberación de Qaid Alkadi pone en evidencia las tensiones históricas y la fractura entre árabes y judíos en Israel. Explora cómo este caso revela conflictos latentes y desafíos sociales.

La liberación de Qaid Farhan Alkadi, después de 326 días de cautiverio, desató una ola de alegría y emoción en todo el país. El abrazo sentido desde todos los rincones de la sociedad israelí fue poderoso y conmovedor, resaltando nuestra capacidad de unirnos en momentos de crisis. Sin embargo, es importante enfatizar que este cálido abrazo no es suficiente para cerrar las profundas y vastas brechas que existen entre las sociedades árabes y judías en Israel. Estas brechas no pueden resolverse solo a través de gestos simbólicos: se requieren pasos significativos y un compromiso continuo para abordar y corregir estas injusticias y disparidades.

La situación actual, donde Alkadi, un ciudadano de este país que acaba de regresar de su cautiverio, vive en un estado de no reconocimiento y enfrenta la amenaza constante de desalojo de su hogar, ilustra la dura realidad que enfrenta la comunidad beduina en el Néguev. En lugar de ser recibidos con alegría y respeto, su familia se ve obligada a lidiar con la amenaza perpetua de perder su hogar y una situación socioeconómica precaria.

Este es otro testimonio más del descuido del gobierno hacia las necesidades de la población beduina y su negativa a abordar los problemas fundamentales de esta comunidad. Debemos dejar de ignorar la dura realidad en la que viven los residentes de las aldeas no reconocidas en el Negev y comenzar a tomar medidas para lograr un cambio real y significativo.

En el Negev, que alberga aproximadamente el 35% de la población árabe en Israel, hay una necesidad urgente de un plan que garantice que todos los residentes sientan un sentido de igualdad y pertenencia. Para que el Negev prospere y se convierta en un tejido social compartido, todos sus residentes deben vivir en condiciones buenas y dignas. Hoy en día, la situación está lejos de eso.

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Según una investigación reciente publicada por el Dr. Hama Abu-Kishk y el Dr. Lior Solovovitch del Colegio Sapir, el 30.5% de las estudiantes beduinas no tienen recepción de celular en absoluto en sus comunidades, y solo la mitad de ellas tienen una computadora portátil. Estas cifras, junto con otros datos alarmantes, resaltan la desigualdad digital que agrava las brechas sociales y económicas entre las poblaciones, y dificulta la integración completa de los estudiantes beduinos en la sociedad israelí.

 Qaid Farhan Alkadi es fotografiado saliendo del hospital. 28 de agosto de 2024 (credit: Via Maariv)
Qaid Farhan Alkadi es fotografiado saliendo del hospital. 28 de agosto de 2024 (credit: Via Maariv)

La población beduina sufre de una constante negligencia por parte del estado. Los pueblos beduinos se encuentran en el nivel más bajo del índice socioeconómico, con muchos de sus residentes viviendo en condiciones difíciles sin acceso a infraestructura básica como agua, electricidad y transporte. La infraestructura de internet en estos pueblos es casi inexistente, lo que impide a los residentes acceder a información y servicios vitales y dificulta enfrentar los desafíos diarios.

Estas disparidades sociales y económicas no son solo un problema local, sino un problema nacional. Impactan la fuerza de la sociedad israelí en su conjunto y ponen en peligro el futuro del Néguev. Para abordar estos problemas, el estado debe actuar de inmediato y continuamente. El estado debe proporcionar infraestructura básica a todos sus residentes y ciudadanos y crear un plan integral que reduzca las brechas e integre completamente a la sociedad beduina en la sociedad israelí.


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Disparidades sociales y económicas

Por supuesto, esto no se trata solo de proporcionar servicios básicos. Debemos comprender que las disparidades sociales y económicas también se originan en la falta de reconocimiento cultural y social. La sociedad beduina necesita que se reconozca su herencia, cultura y derechos. El estado debe dejar de ver a la sociedad beduina como un obstáculo a superar y empezar a considerarla como una parte integral de la sociedad israelí.

Mientras que la angustia de la población beduina a menudo se pasa por alto, nosotros en AJEEC-NISPED seguimos trabajando para esta comunidad. Durante 20 años, la organización ha estado proporcionando servicios educativos, sociales y económicos a la población beduina, con el objetivo de reducir las brechas existentes y ayudarles a integrarse plena y equitativamente en la sociedad israelí.

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El estado necesita entender que la igualdad no es un lujo, sino un derecho básico para todos sus ciudadanos. Debe comenzar a actuar de manera coordinada y comprensiva para garantizar que todos sus residentes puedan disfrutar de condiciones igualitarias y justas. Si no actuamos ahora, seguiremos viendo cómo estas brechas se profundizan y afectan todos los aspectos de la vida en Israel.

El futuro del Néguev, y de Israel en su conjunto, depende de nuestra capacidad para integrar a todas las poblaciones que conforman nuestra sociedad. Es hora de cambiar nuestro enfoque y comenzar a trabajar genuina y sinceramente por la igualdad y la justicia social para todos.

El escritor es presidente de AJEEC-NISPED, el Centro Árabe-Judío para el Empoderamiento, la Igualdad y la Cooperación - Instituto Néguev para Estrategias de Paz y Desarrollo Económico.

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